¡ TRAED MADERA, QUE ES LA GUERRA! - La Guerra Más Larga y Pacífica de la Historia

Vuesas mercedes coincidirán conmigo en que, en el devenir de los tiempos, un bardo como yo ha visto multitud de conflictos, batallas y guerras. Algunos no pasaron de rápidas escaramuzas o conflictos relámpagos, mientras que otros fueron permanentes, largos y duraderos. Casi en su totalidad muy cruentos y otros, en cambio, menos dañinos. No obstante, el asunto que aquí les traigo, a buen seguro, les resultará curioso por su duración y, sobre todo, por su inexistente crueldad.

 

La "Guerra" de los 335 Años (1651-1986): Una Guerra No Bélica entre los Países Bajos y las Islas Sorlingas

En el vasto universo de las historias bélicas, pocas se pueden comparar con la extraordinaria y pacífica Guerra de los Trescientos Treinta y Cinco Años. Este curioso conflicto, que enfrentó a los Países Bajos y a las Islas Sorlingas (localizadas en el sudoeste del Reino Unido), duró 335 años sin que se disparara un solo tiro. Es una de esas leyendas y cuentos fascinantes que parecen sacadas de una novela, pero que la historia ha registrado como uno de los episodios más singulares de la humanidad.

 


Flota Neerlandesa frente a las Sorlingas

Los Orígenes de la Guerra

 El origen de esta insólita guerra se remonta a la segunda guerra civil inglesa (1642-1652), un período convulso donde los realistas y los parlamentarios luchaban ferozmente por el control de Inglaterra. En 1651, la Marina Realista, bajo la amenaza de las fuerzas parlamentarias lideradas por Oliver Cromwell, se refugió en las Islas Sorlingas, situadas en la costa sudoeste de Inglaterra y gobernadas por el realista Sir John Grenville. La Marina de las Provincias Unidas de los Países Bajos, aliada con los parlamentarios ingleses, sufrió severas pérdidas a manos de la flota realista asentada en las Sorlingas. En abril de 1651, el almirante neerlandés Maarten Harpertszoon Tromp, frustrado por la falta de respuesta a sus demandas de compensación, declaró la guerra a las Islas Sorlingas. Sin embargo, apenas unos meses después, las fuerzas parlamentarias forzaron a la flota realista a rendirse, dejando a la flota neerlandesa sin amenaza alguna y, por lo tanto, retirándose sin disparar un solo tiro.

 

Una Guerra Olvidada

Con el paso del tiempo, la declaración de guerra se desvaneció en el olvido. Los destinos de viaje con historia suelen esconder secretos increíbles, y este fue uno de ellos. La guerra no solo quedó relegada a la memoria de los antiguos documentos, sino que se convirtió en un mito local, una historia curiosa de viajes que pocos tomaban en serio. No fue hasta 1985 que la increíble historia resurgió gracias a Roy Duncan, un historiador y presidente del Consejo de las Islas Sorlingas. Duncan, al investigar la historia de las islas, descubrió la declaración de guerra aún vigente. En un acto de diplomacia y curiosidad histórica, escribió a la Embajada de los Países Bajos en Londres para aclarar la situación. Los diplomáticos neerlandeses, al investigar, confirmaron que la guerra nunca había sido oficialmente concluida.

 


Almirante neerlandés Maarten Harpertszoon Tromp

El Final Pacífico

El 17 de abril de 1986, en un acto cargado de simbolismo y humor, el embajador neerlandés Ruy Huydecoper viajó a las Islas Sorlingas para firmar el tratado de paz, poniendo fin a la guerra más larga y pacífica de la historia. Durante la ceremonia, Huydecoper bromeó: "Debe haber sido horrible para ustedes saber que los podíamos atacar en cualquier momento", arrancando carcajadas entre los asistentes.

 

Teorías y Misterios

La historia de la Guerra de los Trescientos Treinta y Cinco Años ha dado lugar a múltiples teorías y debates entre los historiadores. Algunos sostienen que la declaración de guerra fue inválida desde el principio, ya que el almirante Tromp no tenía la autoridad para declarar la guerra en nombre de los Países Bajos. Otros argumentan que el tratado de 1654 entre Inglaterra y los Países Bajos, tras la primera guerra anglo-neerlandesa, habría puesto fin a cualquier conflicto pendiente, aunque no se mencionara explícitamente la guerra con las Islas Sorlingas.

 

Una Historia Épica

Esta increíble historia se ha convertido en un relato de viaje inolvidable, una leyenda urbana que resalta la absurdidad y la ironía de algunos eventos históricos. En la historia hay pasajes como este, que nos enseñan que a veces, la realidad supera a la ficción. Las narrativas bélicas no siempre tienen que estar llenas de acción y peligro; a veces, la verdadera aventura reside en el descubrimiento de la paz y la reconciliación, incluso después de siglos de olvido.

 

Islas Sorlingas

Un Destino Histórico

Para los amantes de los viajes culturales y relatos, las Islas Sorlingas ofrecen una oportunidad única de visitar un lugar cargado de historia y misterio. Con apenas 16 kilómetros cuadrados y unos 2,200 habitantes, este archipiélago es un testimonio viviente de uno de los conflictos más largos y pacíficos de la historia. Es un lugar histórico para visitar que invita a reflexionar sobre la naturaleza de la guerra y la paz, y sobre cómo las pequeñas historias pueden tener un impacto duradero en nuestra comprensión del pasado.

 

Como pueden ver vuesas mercedes, la Guerra de los Trescientos Treinta y Cinco Años es un cuento asombroso que nos recuerda que, a veces, las guerras por muy largas que sean, no precisan de sangre y muerte para recordarlas, porque más tarde o temprano llegarán a su fin y si este puede ser con el olvido y la reconciliación pacífica, mejor.


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