¡ESTE ÁRBOL NO ES COMO LOS DEMÁS! – El árbol de Tybburn, la gigantesca horca de Londres.

Recostado contra un olmo milenario, dentro de una olmeda por la que atraviesa la senda que me llevará hasta mi próxima parada, medito en la paz y el sosiego que la sombra de su hojarasca ofrece al reposo de este humilde bardo. Aunque en esta quietud, también pienso en aquellos que en un mal llamado árbol tan distinto a éste, alcanzaron otro reposo. Uno eterno, mediante; la tortura, el dolor y el sufrimiento.


El Árbol de Tybburn – El gran patíbulo de Londres


En Londres, hasta finales del siglo XVIII se erguía el llamado; El Árbol de Tyburn, o "Tyburn Tree", aunque no era un árbol común, sino una gigantesca horca donde se calcula que fueron ejecutadas unas 50,000 personas desde finales del siglo XII hasta finales del siglo XVIII.

En 1571, la horca individual fue sustituida por una horca colectiva que permitía ahorcar hasta 24 personas simultáneamente. Esta estructura, pasó a ser conocida como Tyburn Tree y consistía en un triángulo horizontal apoyado sobre tres pies.

Este lugar, donde se aplicaba la justicia del Rey, era el destino final del viaje para muchas personas y que, desgraciadamente, su historia oscura a la par que intrigante, sigue capturando la imaginación de viajeros y curiosos.

La expresión "tomó el camino de Tyburn" se refería al último viaje de los condenados desde la prisión de Newgate hasta el sitio de ejecución en Tyburn.




Los condenados en Tyburn eran personas de todas las clases sociales: delincuentes, malhechores, opositores políticos y, notablemente, católicos durante las persecuciones religiosas bajo Enrique VIII e Isabel I, entre 1535 y 1681, muchos católicos fueron ejecutados en Tyburn, recordados como "los mártires católicos".

La última ejecución en Tyburn tuvo lugar en 1783, después de lo cual las ejecuciones se trasladaron a la prisión de Newgate. Los cuerpos de los ejecutados eran sepultados en los alrededores y, en tiempos más recientes, cedidos a médicos y estudiantes de medicina para practicar autopsias, lo que a menudo provocaba disturbios debido a la creencia de que desmembrar los cuerpos impedía su resurrección para el juicio final.

El espectáculo de la Muerte

Las ejecuciones en Tyburn eran consideradas verdaderos espectáculos y atraían a multitudes. Se instalaban andamios con asientos para que los espectadores pudieran tener una mejor vista del “evento”. Estas localidades eran de pago y los precios podían ser muy altos, accesibles solo para los más ricos. Vendedores ambulantes se mezclaban con la multitud, ofreciendo sus productos y haciendo buenos negocios. En tiempos recientes. Algunos patrones daban el día libre a sus trabajadores para que pudieran asistir a las ejecuciones.



Esta ruta, ahora conocida como Oxford Street, era una procesión macaba que atraía a multitudes de londinenses. Los relatos de viajes inolvidables de la época nos cuentan cómo el condenado, subido a un carro abierto, recorría unos 5 kilómetros entre insultos, abucheos y lanzamiento de desperdicios hasta llegar al lugar de la ejecución.

Donde en muchos casos, eran torturados y descuartizados vivos para sus restos posteriormente, hervidos en muchos casos, fueran distribuidos por distintos puntos de la ciudad a modo de advertencia al populacho.

 

El árbol de Tyburn en la actualidad

Una placa en el suelo, que reza "The site of Tyburn Tree", es todo lo que queda para recordar el lugar exacto donde se encontraba la horca. Esta pequeña área, delimitada por tres pequeños robles, se encuentra en la intersección de Edgware Road, Bayswater Road y Oxford Street.

 

Ahora, descansando junto a este maravilloso olmo que se nutre de vida, con sus profundas raíces ahondando en esta fértil comarca pienso en ese otro "árbol", conformado también de madera. Aunque inerte, solo pudo nutrir sus imaginarias raíces con la sangre de las víctimas, que regaban el suelo sobre el que se erguía.

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