La nieve cubre hasta gran altura la totalidad del camino, haciéndome imposible continuar la andadura. Por lo que, barrunto, que pasaré las próximas Navidades en esta señorial villa que tan bien siempre ha tratado a este humilde bardo.
Ya dejé a mi rucio a buen recaudo en el establo del posadero y ahora, en la taberna de la misma posada, disfrutaré de un buen caldo caliente y un estofado que nutran mi cansado cuerpo, ya que llegar hasta aquí me ha supuesto un gran esfuerzo. Pero finalmente lo conseguí, llegué.
A diferencia de mí, el personaje de la
historia del que hablaré a vuestras mercedes no llegó, quizás, a la cita más
importante de la historia.
La leyenda del cuarto Rey Mago: Artabán y su viaje inconcluso a Belén

Según la leyenda, Artabán, un hombre de
noble apariencia y ojos profundos, residía en el monte Uchita. Tenía el don de
prever grandes eventos gracias a un oráculo, que le anunció la llegada de un
ser divino que traería perdón y redención a la humanidad. Informado por
Melchor, Gaspar y Baltazar, Artabán se unió a ellos en el poblado de Borsippa,
llevando consigo preciosas ofrendas de diamantes, jades y rubíes.

Antes de reunirse con los otros Reyes Magos,
Artabán se encontró con un hombre herido y, sin dudarlo, le ayudó y le entregó
un diamante para su recuperación. Al llegar a Borsippa, descubrió que los otros
reyes habían partido sin él. Decidido a encontrar al niño Jesús, continuó su
viaje solo.
Durante su travesía, la noticia del
nacimiento del Mesías se había extendido y había llegado a oídos del Rey
Herodes, quien ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años en la
región. En su intento de proteger a su hijo, José y María huyeron a Egipto,
dejando Belén antes de que Artabán llegara. Sin rendirse, Artabán continuó su
búsqueda.

A pesar de sus infortunios, Artabán nunca perdió su compasión. En el Gólgota, usó su última joya para comprar la libertad de una esclava. Sintiéndose fracasado en su misión, pidió perdón a Jesús. En ese momento, la tierra tembló y una roca cayó sobre él. Antes de morir, escuchó una voz divina que le decía: "Todo lo que hiciste por los demás, lo hiciste por mí. Hoy estarás conmigo en el reino de los cielos".
La Teoría astronómica que podría explicar el retraso de Artabán
El astrónomo Mark Kidger, de la Agencia
Espacial Europea (ESA), afirmó en la revista 'Astronomy' que podría haber
existido un cuarto rey mago que se perdió en su camino hacia Belén debido a un
fenómeno astronómico, debido a que la estrella que guiaba a los Reyes Magos
podría haber sido una nova, lo que podría haber desviado a este cuarto miembro,
impidiéndole llegar a tiempo.

De acuerdo con la leyenda, Melchor, Gaspar y
Baltasar, quienes eran sacerdotes expertos en interpretar señales celestiales,
tardaron entre cuatro y cinco semanas en llegar a Jerusalén siguiendo la nova.
Después de esperar varios días para una audiencia con Herodes, volvieron a ver
la estrella a unos 10 kilómetros de distancia, lo que les permitió encontrar al
niño Jesús.
Pero, ¿qué ocurrió con el cuarto rey mago?
Según Kidger, este rey, conocido como Artabán, no logró encontrar el camino
porque no pudo interpretar correctamente las señales del cielo. El astrónomo
sugiere que Artabán podría haberse desorientado cuando la Luna y la nova
estuvieron en conjunción, ocultando la luz de la estrella y dejándolo sin guía.
Kidger también menciona que este evento no
ocurrió el 6 de enero, sino "cerca del 21 de marzo del año 5 antes de
Cristo". Esta interpretación ofrece una explicación científica a una
leyenda que ha perdurado como un cuento navideño.

Como han comprobado vuestras mercedes el
mago no llegó a la cita inicial, pero sí a la cita final que, a fin de cuentas, para todos es la
definitiva. Sin embargo no para todos el final es tan dichoso como el suyo que, con sus
buenas acciones a lo largo de su vida, mereció.
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