PERO ¿DONDE ESTÁ BELEN? - La Leyenda del cuarto Rey Mago

La nieve cubre hasta gran altura la totalidad del camino, haciéndome imposible continuar la andadura. Por lo que, barrunto, que pasaré las próximas Navidades en esta señorial villa que tan bien siempre ha tratado a este humilde bardo. 

Ya dejé a mi rucio a buen recaudo en el establo del posadero y ahora, en la taberna de la misma posada, disfrutaré de un buen caldo caliente y un estofado que nutran mi cansado cuerpo, ya que llegar hasta aquí me ha supuesto un gran esfuerzo. Pero finalmente lo conseguí, llegué.

A diferencia de mí, el personaje de la historia del que hablaré a vuestras mercedes no llegó, quizás, a la cita más importante de la historia.

La leyenda del cuarto Rey Mago: Artabán y su viaje inconcluso a Belén

 


La historia tradicional de los Reyes Magos menciona a Melchor, Gaspar y Baltazar como los tres sabios que viajaron desde el lejano Oriente para adorar al niño Jesús. Guiados por la estrella de Belén, estos reyes llegaron al pesebre donde ofrecieron oro, incienso y mirra al recién nacido. Sin embargo, existe una leyenda menos conocida sobre un cuarto Rey Mago, Artabán, que emprendió el mismo viaje, pero nunca alcanzó su destino.

Según la leyenda, Artabán, un hombre de noble apariencia y ojos profundos, residía en el monte Uchita. Tenía el don de prever grandes eventos gracias a un oráculo, que le anunció la llegada de un ser divino que traería perdón y redención a la humanidad. Informado por Melchor, Gaspar y Baltazar, Artabán se unió a ellos en el poblado de Borsippa, llevando consigo preciosas ofrendas de diamantes, jades y rubíes.



Antes de reunirse con los otros Reyes Magos, Artabán se encontró con un hombre herido y, sin dudarlo, le ayudó y le entregó un diamante para su recuperación. Al llegar a Borsippa, descubrió que los otros reyes habían partido sin él. Decidido a encontrar al niño Jesús, continuó su viaje solo.

Durante su travesía, la noticia del nacimiento del Mesías se había extendido y había llegado a oídos del Rey Herodes, quien ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años en la región. En su intento de proteger a su hijo, José y María huyeron a Egipto, dejando Belén antes de que Artabán llegara. Sin rendirse, Artabán continuó su búsqueda.

 En una de sus paradas, Artabán salvó a un niño de ser asesinado por un soldado de Herodes, entregando un rubí a cambio de la vida del infante. Este acto lo llevó a ser encarcelado durante 33 años. Al ser liberado, Artabán presenció la crucifixión de Jesús, pero nunca pudo entregarle los regalos que llevaba.



A pesar de sus infortunios, Artabán nunca perdió su compasión. En el Gólgota, usó su última joya para comprar la libertad de una esclava. Sintiéndose fracasado en su misión, pidió perdón a Jesús. En ese momento, la tierra tembló y una roca cayó sobre él. Antes de morir, escuchó una voz divina que le decía: "Todo lo que hiciste por los demás, lo hiciste por mí. Hoy estarás conmigo en el reino de los cielos".

La Teoría astronómica que podría explicar el retraso de Artabán

El astrónomo Mark Kidger, de la Agencia Espacial Europea (ESA), afirmó en la revista 'Astronomy' que podría haber existido un cuarto rey mago que se perdió en su camino hacia Belén debido a un fenómeno astronómico, debido a que la estrella que guiaba a los Reyes Magos podría haber sido una nova, lo que podría haber desviado a este cuarto miembro, impidiéndole llegar a tiempo.



De acuerdo con la leyenda, Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes eran sacerdotes expertos en interpretar señales celestiales, tardaron entre cuatro y cinco semanas en llegar a Jerusalén siguiendo la nova. Después de esperar varios días para una audiencia con Herodes, volvieron a ver la estrella a unos 10 kilómetros de distancia, lo que les permitió encontrar al niño Jesús.

Pero, ¿qué ocurrió con el cuarto rey mago? Según Kidger, este rey, conocido como Artabán, no logró encontrar el camino porque no pudo interpretar correctamente las señales del cielo. El astrónomo sugiere que Artabán podría haberse desorientado cuando la Luna y la nova estuvieron en conjunción, ocultando la luz de la estrella y dejándolo sin guía.

Kidger también menciona que este evento no ocurrió el 6 de enero, sino "cerca del 21 de marzo del año 5 antes de Cristo". Esta interpretación ofrece una explicación científica a una leyenda que ha perdurado como un cuento navideño.

 


Como han comprobado vuestras mercedes el mago no llegó a la cita inicial, pero sí a la cita final que, a fin de cuentas, para todos es la definitiva. Sin embargo no para todos el final es tan dichoso como el suyo que, con sus buenas acciones a lo largo de su vida, mereció.

 

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