¡LA MUJER QUE DERROTÓ A LOS CRUZADOS! – Shajar al-Durr: Árbol de Perlas

Queridos lectores, en ocasiones la historia nos brinda ejemplos de cómo personas desde sus orígenes humildes, gracias a su carácter, inteligencia y habilidad, pueden llegar a convertirse en auténticos líderes de sus pueblos y pasar a formar parte del gran libro de las personalidades legendarias.

Aunque aún más mérito tiene si la persona que lo consigue es una mujer, que se enfrenta incluso a mayores obstáculos que un hombre y logra llegar al poder y ejercerlo con éxito.

 

Shajar al-Durr, la esclava que se convirtió en sultana de Egipto


Shajar al-Durr: Árbol de Perlas


La historia de Shajar al-Durr es una mezcla fascinante de poder, intriga y resiliencia, digna de cualquier relato de “Las mil y una noches”. Desde sus humildes comienzos como esclava, su vida cambió drásticamente cuando fue seleccionada para formar parte del harén de As-Salih Ayyub, hijo del sultán de Egipto Al-Kamil. Conocida como Shajar al-Durr, o "Árbol de Perlas", su belleza y carácter la destacaron en la corte.

 

La Ascensión de As-Salih Ayyub

As-Salih Ayyub, aunque hijo de un sultán, no tuvo una vida de privilegios. Fue utilizado como moneda de cambio durante las cruzadas y, tras sospechas de conspiración por parte de su padre, fue exiliado a Damasco. Shajar al-Durr lo acompañó en su exilio, donde encontraron un ambiente hostil lleno de conspiraciones. Finalmente, el destino de As-Salih cambió cuando su padre murió en 1238. En lugar de heredar Egipto, se le otorgaron unos pocos kilómetros de desierto, lo que lo impulsó a conspirar para derrocar a su hermano y a su tío.


Soldado mameluco

As-Salih reunió un ejército de mamelucos, esclavos guerreros leales, con los cuales derrocó a su hermano y recuperó el trono en El Cairo en 1240. Shajar al-Durr se convirtió en su segunda esposa, pero su hijo con su primera esposa seguía siendo el heredero principal. A pesar de sus victorias, As-Salih enfrentó desafíos tanto internos como externos, incluyendo una nueva cruzada liderada por Luis IX de Francia. 

Luis IX y la séptima cruzada

En 1249, los cruzados tomaron la ciudad portuaria de Damieta. As-Salih, gravemente enfermo, murió durante la campaña, pero Shajar al-Durr mantuvo su muerte en secreto para evitar el pánico. Fingiendo que las órdenes aún provenían de As-Salih, organizó la defensa y logró derrotar a los cruzados, capturando al rey francés Luis IX. Tras la victoria, se reveló la muerte del sultán, y su hijo Turanshah fue nombrado sucesor. Sin embargo, su incompetencia y su intento de desplazar a los mamelucos llevaron a su asesinato en 1250.

 


Luis IX prisionero

Shajar al-Durr, la Primera Sultana

Con el apoyo de los mamelucos, Shajar al-Durr fue nombrada sultana, marcando un hito histórico. Gobernó eficazmente, pero su nombramiento fue rechazado por el califa de Bagdad debido a su género. Renunció al cargo y se casó con Aybak, un comandante mameluco, manteniendo el poder tras bambalinas mientras él dirigía el ejército.

Durante siete años, Shajar al-Durr y Aybak gobernaron juntos, hasta que ella le pidió que se divorciara de su primera esposa. Aybak se negó y poco después apareció muerto. La primera esposa, Umm Ali, descubrió el asesinato y orquestó la venganza.  de Umm Ali y brutalmente asesinada a golpes y su cadáver arrojado desde una almena al foso. Se reunieron los sirvientes y la asaltaron en sus aposentos atacándola con zuecos de madera hasta matarla. Cuenta la leyenda que el cuerpo de Shajar al-Durr fue arrojado desde la torre a un foso exterior donde permaneció durante tres días, donde fue despojada de sus ropajes y de su dignidad por los carroñeros, tanto animales como humanos.

 


Mausoleo de Shajar al-Durr

El recuerdo de Shajar al-Durr

Shajar al-Durr fue enterrada cerca de la Mezquita de Ibn Tulun en El Cairo, en un mausoleo que lleva su nombre. Su vida y su muerte marcaron el fin de la dinastía ayyubí y el comienzo del gobierno mameluco en Egipto. Hoy, su mausoleo, con su hermoso mosaico en forma de árbol con incrustaciones de nácar, sigue siendo un tributo duradero a su legado.

Shajar al-Durr, de esclava a sultana, dejó una marca indeleble en la historia de Egipto. Su historia de poder, intriga y determinación sigue siendo un recordatorio de la complejidad y la resiliencia de las figuras históricas femeninas. Aunque enfrentó traiciones y conspiraciones, su capacidad para gobernar en un mundo dominado por hombres es testimonio de su inteligencia y coraje.

Como vuesas mercedes han podido comprobar, el carácter e inteligencia de esta mujer, la llevó desde su condición de esclava a la de sultana de Egipto, demostrándonos que no hay meta que no se pueda alcanzar si es nuestro propósito sin importar seamos hombre o mujer.


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