Curly, el explorador que sobrevivió al mito de Custer. Una historia de supervivencia en una batalla de leyenda.

La historia de Ashishishe, mejor conocido como Curly,
es una de esas que oscila entre la realidad y la leyenda, entre lo que ocurrió
y lo que la gente cree que ocurrió. Nacido alrededor de 1856 en el territorio
de Montana, en el seno de la tribu Crow, este hombre se vio envuelto en uno de
los episodios más famosos de la historia estadounidense: la Batalla de Little
Bighorn. Aunque no participó directamente en la lucha, su papel como explorador
del Ejército de los Estados Unidos y su relato de los hechos lo convirtieron en
un protagonista involuntario de una leyenda que, con el tiempo, le otorgó más
heroísmo del que él mismo reclamaba.
Los primeros pasos de Curly
Ashishishe vino al mundo en una época de tensiones
entre nativos y colonos, cuando las tierras de su tribu, los Crow, se veían
amenazadas. Sus padres, Strong Bear (también conocido como Inside the Mouth) y
Strikes By the Side of the Water, le dieron un nombre que ha sido interpretado
de varias formas: Ashishishe, Shishi’esh o Curly, que parece hacer referencia a
su cabello rizado. Es curioso que, aunque su nombre fue traducido en ocasiones
como "el cuervo", parece haber sido más bien un malentendido
lingüístico, ya que el vocablo Crow para “cuervo” es "áalihte".
El explorador del 7º de Caballería Ashishishe, más conocido como Curly
A lo largo de su vida, Curly vivió con su tribu cerca
del arroyo Pryor Creek y se casó con Bird Woman, una unión que duraría algunos
años hasta su separación en 1886. Posteriormente, se casó con Takes a Shield,
con quien tuvo una hija llamada Awakuk Korita ha Sakush, quien adoptó el nombre
en inglés de Dora. Pero lo que marcaría para siempre su vida fue su decisión de
unirse al ejército de los Estados Unidos en abril de 1876 como explorador. Era
un joven fuerte, con una profunda conexión con su cultura, pero consciente de
la inminente transformación de su mundo.
La Batalla de Little Bighorn: ¿Observador
o guerrero?
En junio de 1876, Curly se encontraba al servicio del
7.º Regimiento de Caballería bajo el mando del controversial George Armstrong
Custer. En esos momentos, la tensión entre el ejército y las tribus Lakota y
Cheyenne, que no querían ceder sus territorios, estaba en su punto álgido.
Custer, confiado en su superioridad, dividió sus fuerzas para atacar un campamento
indígena en el valle del río Little Bighorn, decisión que resultaría fatal.
George Armstrong Custer junto a sus exploradores
Curly, junto con otros exploradores Crow —Hairy
Moccasin, Goes Ahead y White Man Runs Him—, fue enviado a acompañar a Custer,
pero no lucharon. De acuerdo con el relato de Curly, fueron instruidos para
observar desde la distancia y, en su caso, mantenerse alejados de la masacre
que pronto se desataría. Y es aquí donde comienza el debate histórico: aunque
en su primer informe, Curly aseguró haber visto la batalla desde una colina
cercana y haber escapado para dar la noticia de la derrota, con el tiempo comenzaron
a circular versiones que lo describían como un participante activo que logró
sobrevivir disfrazado de guerrero Lakota.
El único sobreviviente… ¿o no?
El relato de Curly llegó a oídos del ejército cuando,
poco después de la batalla, encontró el barco de suministros Far West en la
confluencia de los ríos Bighorn y Little Bighorn. Usando una combinación de
lenguaje de señas y dibujos, fue el primero en informar la aniquilación
completa del destacamento de Custer. Su versión inicial fue aceptada por historiadores
como Walter Mason Camp y John S. Gray, quienes lo entrevistaron en varias
ocasiones, y coincidía con la evidencia encontrada en el campo de batalla.
Sioux que habían participado en la batalla siempre negaron que dejaran supervivientes
Sin embargo, con el tiempo, la leyenda de la “última
resistencia de Custer” fue tomando forma en los medios de comunicación, y
Curly, el hombre que al principio afirmó no haber participado en la batalla,
dejó de contradecir esa idea. Incluso llegó a ofrecer relatos más elaborados,
donde afirmaba haber luchado codo a codo con los soldados del 7.º Regimiento y
haber escapado gracias a su astucia. Algunas historias familiares llegaron a
decir que se escondió dentro de un caballo destripado cuando vio a Custer caer.
Entre la modestia y la fama
Es interesante notar cómo Curly fue, de alguna manera,
arrastrado por la corriente del mito que creció en torno a su figura. A lo
largo de su vida, parecía resignado a la idea de que, aunque él mismo no se
consideraba un héroe, la gente había decidido otorgarle ese título. En su
vejez, mientras vivía en la Reserva Crow, no hacía esfuerzos por desmentir las
historias que circulaban sobre su participación activa en la batalla. No sabía
leer ni escribir, y sólo hablaba un poco de inglés, por lo que es probable que
no comprendiera completamente las razones por las que debía negar esas
historias.
Los miembros del 7º de Caballería reposan en la misma colina donde murieron
En realidad, Curly siempre mantuvo una actitud
modesta. Aquellos que lo conocieron, como Thomas Leforge, testificaron que
nunca reivindicó haber sido el único sobreviviente de la batalla ni haber hecho
algo excepcional. “No estuve en la lucha”, dijo en más de una ocasión. Pero la
narrativa romántica de los escritores de la época se impuso sobre la realidad
de su vida, y el explorador Crow se convirtió en un símbolo de resistencia y
astucia, algo que, según los registros, él mismo nunca buscó ser.
Después de la batalla, continuó sirviendo en la
Policía Crow y, tras su retiro, vivió cerca del lugar de la histórica masacre. En
1920, Curly comenzó a recibir una pensión por su servicio militar y, tres años
después, falleció a causa de una neumonía. Fue enterrado en el Cementerio
Nacional en el Monumento Nacional del Campo de Batalla de Little Bighorn, a tan
sólo una milla de su hogar. Allí descansan sus restos, en un lugar donde la
historia y el mito siguen resonando, a menudo entrelazados de manera
inseparable.
La tumba de Curly se encuentra junto a la de sus compañeros que murieron en la batalla
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