Hoy es Navidad. Las personas están felices; cantan, tocan zambombas, panderetas y carracas. Es un día de paz y alegría. Entrañable. Las campanas resuenan por toda la villa y en breve, saldrán en procesión para celebrar la Natividad mientras comparten unos con otros mazapanes y turrones, almendrados y garrapiñadas.
Es un día de hermandad, como cuando los
enemigos se dieron cuenta que era mejor darse abrazos y jugar, que darse balazos
y matar.
"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos" – Cuando un partido de futbol unió a los enemigos

En la Navidad de 1914, ocurrió algo
insólito y conmovedor en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Un
soldado alemán describió el evento como "maravilloso y extraño al mismo
tiempo". Apenas unos meses después del estallido de la guerra, soldados
alemanes, franceses y británicos se enfrentaban ferozmente en Bélgica y
Francia. Sin embargo, en ciertos puntos del frente occidental, se vivió un
acontecimiento sin precedentes: una tregua navideña en la llamada "tierra
de nadie".
Los primeros gestos de paz
El soldado británico Marmaduke Walkinton
relató años después que en Nochebuena, a solo 270 metros de los alemanes,
comenzaron a cantar villancicos. Al escuchar, los soldados enemigos
respondieron de la misma manera. "Nos estuvimos gritando cosas, algunas
insultos, pero la mayoría eran bromas", contó Walkinton. En medio de esto,
un soldado alemán sugirió: "Mañana no disparen, nosotros no
dispararemos".
Miles de soldados de diversas unidades del
frente occidental participaron en esta tregua informal. Aunque también
involucró a algunos franceses y belgas, fue predominantemente entre británicos
y alemanes. Los soldados estaban en los Campos de Flandes, una zona propensa a
las inundaciones debido al clima y la destrucción del sistema de drenaje por
los combates y la construcción de trincheras.
Durante diciembre, la intensidad de los
enfrentamientos disminuyó. Se dieron treguas ad hoc para reparar trincheras y
recoger a los soldados caídos. Estas pausas permitieron que una tregua a
pequeña escala se diera para Navidad.
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Portada de prensa sobre la tregua de Navidad en 1914 |
La noche de paz
El 24 de diciembre, con el frío congelando
todo lo que estaba mojado, los alemanes comenzaron a celebrar la Navidad.
Encendieron velas y colocaron pequeños árboles en sus trincheras. Los
británicos, al ver las luces y escuchar villancicos, pensaron que podría ser
una trampa, pero pronto se dieron cuenta de que era un intento genuino de
celebrar en medio de la guerra. Cantaron "Stille Nacht" y
"Silent Night" en un ambiente de fraternidad.
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Cartel navideño alemán-1914 |
El 25 de diciembre, los alemanes salieron
de sus trincheras y caminaron hacia las posiciones británicas, llamándolos.
Aunque algunos británicos estaban confundidos, pronto muchos también salieron
de sus trincheras. Los soldados de ambos bandos se estrecharon las manos,
intercambiaron regalos como chocolates, cigarrillos, y bebidas, y compartieron
artículos de sus familias.
El partido de fútbol
El historiador Alan Wakefield destacó que
la tregua fue una oportunidad para ver al enemigo cara a cara, algo inusual en
la guerra de trincheras. Muchos soldados alemanes hablaban inglés, habiendo
vivido en el Reino Unido antes de la guerra. Esto facilitó la comunicación y
humanizó a los enemigos.
Entre los relatos, el soldado británico
Ernie William recordó que apareció un balón de fútbol. "Compartimos
cigarrillos y golosinas, y de alguna manera apareció un balón", dijo
William. Aunque no fue un partido formal, muchos soldados participaron. Sin embargo,
Wakefield advierte que hay poca evidencia directa de estos juegos, aunque
algunos relatos de cartas y diarios lo mencionan.

La tregua no oficial varió a lo largo del
frente. En algunas áreas, la fraternidad no emergió y los combates continuaron.
Las noticias de la tregua pronto aparecieron en la prensa, con fotos y cartas
de soldados confirmando el evento. Anthony Richards, autor del libro
"Wartime Christmas", señaló que aunque la tregua fue una anomalía, no
es un mito.
El regreso a la guerra
La tregua terminó en diferentes momentos
según la zona. Los altos mandos temían que el espíritu de lucha se perdiera si
continuaba la tregua, y ordenaron reiniciar los combates. La guerra se reanudó
lentamente en algunas áreas, ya que los soldados habían hecho amigos durante la
Navidad.
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Oficiales británicos y alemanes en la tregua de 1914 |
Para muchos soldados, la tregua fue un
respiro de la brutalidad de la guerra. Sin embargo, entendían que la guerra
debía continuar. La tregua de Navidad fue única y no se repitió a esa escala.
Los mandos superiores se aseguraron de que no se repitieran ceses de
hostilidades similares. La guerra se volvió más cruel con el tiempo, con nuevas
armas y tácticas que hicieron menos probable cualquier tipo de fraternización
futura.
La tregua de Navidad de 1914 sigue siendo
un símbolo poderoso de humanidad y esperanza en medio de la guerra.
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Escultura conmemorativa en Liverpool |
Paz para todos estimados amigos. Mañana partiré de esta querida villa, donde la nieve inclemente me retuvo aquí. Mañana mis pasos encaminaré, hacia las tierras por donde sale el sol.
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