CUANDO LA ARENA SE CONVIERTE EN NUESTRO ENEMIGO - Ciudades Perdidas Sepultadas por el Desierto

Vuesas mercedes comprenderán que, aunque la naturaleza generosa nos ofrece sus dones para que las disfrutemos, a veces las creaciones de nuestro Altísimo dejan de ser nuestros aliados y súbitamente, se convierten en enemigos. El tiempo, con su transcurrir, convierte vergeles en aridez y lo que antaño fueron maravillosas ciudades con exquisitos palacios y calles anchas llenas de vida, en montañas de arena que sepultan por completo todo rastro de vida y civilización.


Ciudades Perdidas Sepultadas por el Desierto




A lo largo de la historia, el mundo ha sido testigo del ascenso y caída de grandes ciudades. Algunas de ellas, otrora bulliciosas y llenas de vida, fueron sepultadas por las arenas del desierto, ocultando secretos y leyendas hasta que, en épocas modernas, osados exploradores las redescubrieron.

A continuación, llevaré a vuesas mercedes a un viaje fascinante a través de algunas de las ciudades perdidas más intrigantes que existieron y sucumbieron, tragadas por el desierto, algunas para siempre y de cuyo recuerdo solo tenemos sus nombres, y otras que fueron posteriormente desenterradas.

 

Ubar: La Atlántida de las Arenas

El Corán menciona a Iram de los Pilares en Sura 89:6-8, describiéndola como una ciudad opulenta y poderosa que fue destruida por la ira de Dios debido a la corrupción y el pecado de sus habitantes. Según la leyenda, Iram fue una ciudad magnífica construida por la tribu de Ad y gobernada por el rey Shaddad, quien desafió a los profetas y se envaneció de su poder y riqueza. Sin embargo, la ciudad desapareció sin dejar rastro, lo que llevó a algunos a llamarla la "Atlántida de las Arenas".

Durante siglos, Ubar fue considerada una leyenda del folclore árabe. Sin embargo, en la década de 1990, un equipo de exploración liderado por Sir Ranulph Fiennes, a través de imágenes de satélite utilizadas en el desierto de Rub al-Jali, una de las regiones más inhóspitas del mundo, sugirió que Ubar podría haber existido realmente al encontrarse restos de una ciudad bajo la arena, con pozos y calles. La ciudad probablemente fue abandonada después de que sus fuentes de agua se agotaran o se derrumbaran debido a un evento catastrófico.



Ruinas del oasis de Ubar y su pozo hundido.

Se cree que Ubar fue un importante centro de comercio en el antiguo mundo árabe, especialmente por su comercio de incienso, mirra y especias, ya que estaba estratégicamente ubicada en una red de rutas comerciales que conectaban el sur de Arabia con Mesopotamia, el Levante y el Mediterráneo. Este comercio trajo riqueza y prosperidad a Ubar, pero también podría haber sido su perdición.

Una teoría popular sugiere que la ciudad se construyó sobre una cueva de piedra caliza, y su continuo uso y expansión llevaron al colapso del suelo, tragándose la ciudad entera. Otros, en cambio, creen que la decadencia de las rutas comerciales debido a cambios económicos y políticos podría haber llevado al abandono de Ubar. De una manera u otra, la ciudad fue finalmente sepultada por las implacables arenas del desierto y hoy en día aún no se sabe con certeza su ubicación.

 

Timgad: La Pompeya de África

Ubicada en Argelia, Timgad fue una ciudad romana fundada por el emperador Trajano alrededor del año 100 d.C. Diseñada en forma de cuadrícula perfecta a imagen y semejanza de los campamentos militares romanos, de hecho, fue construida como colonia para los veteranos de la Legión III Augusta, con la misión de controlar la frontera con los bereberes y el territorio de Numidia. Así Timgad prosperó durante siglos como un centro comercial y militar en el norte de África.

Sin embargo, con el tiempo, la ciudad fue saqueada por los vándalos y finalmente cayó en el olvido, siendo abandonada después de su conquista por los bizantinos y los ataques de las tribus bereberes en el siglo VII. Así, paulatinamente, fue cubierta por las arenas del Sahara, quedando oculta para los humanos durante casi mil años hasta su redescubrimiento por el explorador R. Lambert Playfair en el siglo XIX.



Timgad

Su buen estado de conservación, incluyendo el foro, un anfiteatro y una biblioteca, la convierten en La Pompeya de África. De hecho, su estado es tan bueno, que se descubrió grabado en una de las losas del foro un mensaje de un antiguo habitante: "Cazar, bañarse, jugar, reir. !Eso es vida!


Petra: La Joya Oculta de Jordania

Petra es quizás una de las ciudades perdidas más conocidas por vuesas mercedes. Fue capital del reino nabateo en Jordania. Esta ciudad es famosa por sus estructuras talladas directamente en acantilados de roca roja. Es una ciudad con viviendas, tumbas reales e incluso un monasterio, literalmente una ciudad de piedra, excavada en la roca.

Los nabateos eran maestros en la gestión del agua en el árido desierto, construyendo un sofisticado sistema de canales, cisternas y acueductos que permitía el almacenamiento y distribución del agua, asegurando la prosperidad de Petra incluso en tiempos de sequía.



Monasterio de Petra

Esa disponibilidad de agua en cualquier momento del año y su posición estratégica en las rutas de caravanas que transportaban incienso, especias y otros productos de lujo entre Arabia, Egipto y el Mediterráneo, convirtió a Petra en una ciudad próspera y cosmopolita.

Se cree que Petra es la ciudad bíblica de Sela, mencionada en el Antiguo Testamento. Incluso algunos sugieren que los tres Reyes Magos que visitaron a Jesús en Belén podrían haber sido nabateos de Petra.

Petra fue abandonada y olvidada por siglos. Solo los beduinos y pastores de la zona conocían de su existencia, hasta el siglo XIX.

 

Palmyra: La Perla del Desierto Sirio

Palmyra, ubicada en el corazón del desierto sirio, fue una ciudad crucial en la Ruta de la Seda, que conectaba el Imperio Romano con Persia, India y China. Fundada en el segundo milenio a.C., Palmyra alcanzó su apogeo bajo el mandato de la reina Zenobia, quien afirmaba descender de Cleopatra y los Ptolomeos. Era una mujer culta que hablaba múltiples idiomas, como el griego, el arameo y el egipcio.

Zenobia, de gran belleza y valentía, buscó alianzas estratégicas con los persas y, junto a estos, con su poder ya consolidado, desafió el dominio romano en la región. Aunque finalmente fue derrotada por el emperador Aureliano y llevada a Roma como prisionera, vivió el resto de sus días en una villa con cierto grado de comodidad.



Teatro de Palmyra

Desafortunadamente, con la caída del Imperio Romano y las invasiones de diversas tribus, Palmyra fue gradualmente abandonada y cubierta por las arenas del desierto. Las ruinas de Palmyra fueron redescubiertas en el siglo XVII y han sido objeto de excavaciones y estudios intensivos desde entonces.

 

Espero que este breve recorrido por las enigmáticas callejas de la historia, aunque nos tengamos que sacudir la arena y el polvo sobre nuestros ropajes haya sido ilustrativo y entretenido a vuesas mercedes, aunque, por ahora tengo que dejarles ya que una jugosa y refrescante taberna me espera en el próximo recodo del camino.

Aunque, no obstante, este viaje apasionante por las ciudades perdidas bajo el desierto no ha terminado aún. En próxima jornada, les ilustraré sobre algunas más. Empuñen las teas, enciendan las antorchas para adentrarnos en túneles oscuros de ciudades legendarias, enterradas bajo las arenas del desierto.


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